lunes, 21 de septiembre de 2009

De marcha por Cuenca- 19/09/2009

El día amaneció desapacible. Negros nubarrones cubrían el horizonte cimburrio. Miraras donde miraras, ya sea a Vallehondo, a Rebollo gordo o al mismísimo Pasillo de Cuenca se aventuraba que iba a ser un día pasado por agua y que invitaba más a volverse a la cama que a iniciar una ruta de senderismo por la Torcas de los Palancares.
Pero no se suspendió la actividad y a la hora convenida se presentaron 48 infatigables excursionistas dispuestos a pasar una agradable mañana de campo. Y a fe mía que se consiguió. Disfrutamos de este singular paisaje con los 5 sentidos: matices de verdes inimaginables, el olor de la tierra y la hierba mojada, el murmullo del viento entre las copas de los árboles (y algún que otro movil), el tacto de la madera y el calor humano de los asistentes y sobre todo el gusto: ese jamón y queso con su vinito y/o cervecitas. Inigualables.

Como el saber popular es sabio, a una mañanita de niebla le siguió un mediodía de paseo, con el sol asomándose entre las nubes como queriendo saludar y no perderse a la comitiva cimburria.

Los pasamos bien todos, niños y mayores. Al finalizar la frase más oida fue: A ver cuando repetimos

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