Hola a todos¡
Bueno chicos tengo un par de asuntos que tratar con vosotros. El primero es un cross que organizan en mi curro; para el que se quiera animar os informo que se llevará a cabo el domingo 9 de octubre a las 11.30 horas para no madrugar mucho, el recorrido es de 8 km. aproximadamente, es en Alcalá de Henares y lo mejor GRATUITA. Yo ya estoy apuntada, claro está, y el resto del equipo parte argandeña se apuntará en breve, el sábado tenemos pensado ir Santi y yo para apuntar a todo al que le apetezca acudir a correr, así pues tenéis mi correo y el de Santi para darnos los datos si al final os animáis, tenéis hasta el sábado y si no, podéis ir vosotros mismos a "DEPORTES DEAN" en Alcalá de Henares, donde os apuntáis y os dan el dorsal allí mismo. Me han comentado que quieren dejar unos 20 dorsales para el día de la prueba, pero pudiendo ir antes....
El otro asunto, me comentó Lucía de hacer un montaje con las jóvenes promesas del club, así que también os animo a que me mandéis una foto del retoñ@ para ponerme manos a la obra y hacer algo bonito. Aunque mucho mérito no voy a tener con las caritas de esos niños que hemos hecho jejeje.
Un beso a tod@s...
jueves, 22 de septiembre de 2011
jueves, 8 de septiembre de 2011
ESTAMOS CONTIGO
A veces la vida nos escupe a la cara con la mayor ingratitud que podamos imaginar. Se desliza traicionera, silenciosa, y se lleva injustamente lo mejor que tenemos.
A José Luís la vida le ha arrebatado a su hija Elena sin ni tan siquiera darle la oportunidad de que llegue a la adolescencia. No hay consuelo. No hay ningún consuelo posible. Solo el tiempo podrá mitigar ligeramente el dolor de los padres. El tiempo será su único aliado, nadie más.
Mientras tanto, nosotros lo único que podemos decirte, José Luis, es que estamos a tu lado. Te acompañaremos, estaremos contigo, te escucharemos cuando necesites hablar. Desgraciadamente podemos hacer muy poco, pero no te dejaremos solo mientras encuentras las fuerzas necesarias para seguir adelante. Intentaremos ayudarte de la mejor manera que sabemos, con nuestro deporte, con nuestras carreras, con nuestra compañía, con nuestra búsqueda de la soledad y del sosiego a través de la superación del sufrimiento.
Tú has demostrado muchas veces tu capacidad de superación. Ahora la necesitas más que nunca. Por ti, por tu familia, por tus seres queridos…tienes que seguir corriendo y vencer en esta carrera ingrata.
Nosotros correremos a tu lado, amigo.
A José Luís la vida le ha arrebatado a su hija Elena sin ni tan siquiera darle la oportunidad de que llegue a la adolescencia. No hay consuelo. No hay ningún consuelo posible. Solo el tiempo podrá mitigar ligeramente el dolor de los padres. El tiempo será su único aliado, nadie más.
Mientras tanto, nosotros lo único que podemos decirte, José Luis, es que estamos a tu lado. Te acompañaremos, estaremos contigo, te escucharemos cuando necesites hablar. Desgraciadamente podemos hacer muy poco, pero no te dejaremos solo mientras encuentras las fuerzas necesarias para seguir adelante. Intentaremos ayudarte de la mejor manera que sabemos, con nuestro deporte, con nuestras carreras, con nuestra compañía, con nuestra búsqueda de la soledad y del sosiego a través de la superación del sufrimiento.
Tú has demostrado muchas veces tu capacidad de superación. Ahora la necesitas más que nunca. Por ti, por tu familia, por tus seres queridos…tienes que seguir corriendo y vencer en esta carrera ingrata.
Nosotros correremos a tu lado, amigo.
lunes, 18 de julio de 2011
Niños de pueblo con río
El agua junto con los paisajes de ensueño de la Serranía conquense son los protagonistas de las excursiones que organiza el Club Deportivo. Casi todas las personas que vamos a estas salidas alguna vez, por no decir todas, el agua ha formado parte de nuestros juegos infantiles y sobre todo de los niños de Pineda, niños de juegos de rio. Pineda es un pueblo con mucho agua, rodeada de fuentes y riachuelos por todas partes.
El día que elegimos para ir de excursión fue un día soleado y con calor, ya en ésta época del año, pero aunque hizo calor el recorrido fue sombrío y fresco. Andar bordeando la ribera es una experiencia serena y tranquila. La vegetación, abundante y espesa, nos protegió del sol durante casi todo la ruta. A lo largo del itinerario atravesamos la ribera en algunas ocasiones y el sendero estaba cubierto casi siempre por bosques de pinos. La diversidad vegetal hizo que el paseo fuese muy agradable para los amantes de la naturaleza y para los que busquen tranquilidad.
Saliendo del pueblo de Tragacete, nos dirigimos al noroeste de la población cogimos una estrecha carretera, que tras unos kms. Cruzamos el río Júcar por un pequeño puente y siguiendo su cauce, primero por la margen izquierda y después por la derecha, nos fuimos introduciendo en un cerrado valle, en cuya cabecera nos encontramos con la Cascada del Molino, precioso salto de agua de varios metros de altura, que fue un preámbulo de las maravillas de la cuenca alta de este río.
Durante la excursión oímos cantar algún ruiseñor o jilguero, también vimos alguna que otra rapaz. La presencia de agua, favorece también el hábitat para pequeños anfibios, ranas, sapos o incluso alguna culebra de agua, pero lo que llama más la atención es la gran variedad de mariposas que revolotean incansables por los márgenes de la orilla.

Hoy los ríos creo que se han convertido en un lugar del que los padres desconfían, o bien están contaminados, o son cenagosos, ¡y mucho más!, hay criaturas feroces creadas por la fantasía de los nuevos juegos de consola, o simplemente su acceso no es tan fácil como cuando pasábamos el verano en el pueblo.
Cuando yo era niña la visita al rio Salas era el punto culminante del día y sobre todo el baño en la presa de la “CENTRAL”, eso sí que era una gozada, cada año nos costaba mucho limpiarla, pero merecía la pena. El tiempo que teníamos libre, (después de salir de la escuela y hacer los deberes) lo empleábamos en sacar tierra, cortar malas hierbas y matojos, del matorral en el que se había convertido a lo largo del año el fondo de la presa. Un baño en la presa era la mayor diversión que podíamos tener, puesto que no teníamos piscina ni íbamos a ir a la playa. La presa hoy día está abandonada, pero sigue con el paso del tiempo tan solida como un circo romano y en un lugar de sol y sombras privilegiado. Tener ésta presa para nosotros era un lujo, ya que ningún pueblo de los alrededores tenía piscina.
Caminando en medio de los monótonos trigales soleados, y aturdidos muchas veces por la brillante luz extrema y abrasadora, un rio por lo modesto que fuera, era un lujo, una bendición y representaba un escenario en el que todas las aventuras podían ocurrir.
Los pueblos con rio se consideraban afortunados porque el regadío estaba asegurado y crecían junto al rio frondosos huertos.
Siempre había un par de chicos mayores, de nueve y doce años como mucho, expertos en lanzar guijarros, un deporte que tiene su miga, porque hay que lanzarlos lo suficientemente rasantes para que no se hundan de inmediato y para que hagan en la superficie del agua bonitas hondas concéntricas, (había auténticos expertos en esto); en atrapar cangrejos y en cruzar la corriente no hacía falta experiencia sino ganas de descubrir y aprender, claro está sin ver el peligro, Pero, más que nadar, lo suyo era jugar en la orilla, levantar cabañas, hacer diques, comiditas y bolas con el barro, y después combates con tremendas espadas cortantes fabricadas con los juncos y las espadañas, estos juegos casi siempre acababan como el rosario de la aurora, porque la cocinita o la bola del otro te gustaba más que la tuya y se la acabas rompiendo.
La vida en el rio era tan seductora y tan importante para todos que era un medio de vida y entretenimiento.

Las niñas éramos admitidas con cierto recelo, pero las que llevábamos pantalones teníamos más posibilidades de unirnos a la excursión. Al principio nos quedábamos en la orilla en los prados verdes recogiendo florecillas para hacer diademas y comiditas exclusivamente churretosas, puro barro y trozos de palos rotos que colocamos en platillos de forma artística adornados con alguna florecilla de las muchas y variadas que había en la orilla del rio.
Pronto se vio que aquello era un rollazo y que la división del trabajo era sólo cosa de adultos.
Nosotros queríamos participar de la verdadera aventura, que era, sin lugar a dudas, cruzar el rio de lado a lado, vestidos todos, y encontrar madrigueras de animales y cuevas en la roca.
Llegábamos arañados y febriles, sucios y con algo roto; sabíamos que el precio por la inaudita rebelión seria un fregoteo y algunas lágrimas por un pescozón materno, pero valía la pena. Es lo más salvaje que yo recuerdo haber hecho nunca en mi infancia; ni siquiera se le podía comparar con cazar murciélagos, que tenían la misma cara que los “los sanochaores” (trasnochadores) de Cardenete, por eso de no dormir por la noche, claro esta no dormir pero tampoco parar. Extraído de la crónica carrera de Cardenete.
Ahora los ríos disponen de instalaciones, embarcaderos, depuradoras toboganes, motos de agua, caladeros y todas esas cosas que urbanizan y aplastan la libertad personal.
No creo que los ríos actuales hayan dado grandes escritores o artistas. En aquellos tiempos, siempre te encontrabas con algún pintor con su caballete frágil y su paleta pintando al aire libre y con el perro durmiendo su lado.
Muchos de nosotros recordaran como se extraía la esencia del espliego a la orilla del rio y como el aroma inundaba el camino de vuelta a casa.
Ninguna madre en sus cabales, después del teatral tortazo, lamentaba que sus hijos hubieran pasado la tarde en un sitio tan lleno de maravillas y que no hubiera hecho falta enchufarles la tele para que no dieran más la lata.
Volvíamos con el corazón rebosante de emociones y la cabeza llena de preguntas y de visiones.
También, si había suerte, y para suavizar el coscorrón, ofrecíamos algunos cangrejos y florecillas, aunque nos guardábamos los renacuajos y los insectos innombrables.
En el rio aprendimos a no tener miedo de la naturaleza y aunque hubo alguna peripecia más o menos angustiosa, la cosa nunca llego a mayores. Nosotros hemos llegado a mayores así, siendo niños de pueblo con rio.

Realizado por Mila
El día que elegimos para ir de excursión fue un día soleado y con calor, ya en ésta época del año, pero aunque hizo calor el recorrido fue sombrío y fresco. Andar bordeando la ribera es una experiencia serena y tranquila. La vegetación, abundante y espesa, nos protegió del sol durante casi todo la ruta. A lo largo del itinerario atravesamos la ribera en algunas ocasiones y el sendero estaba cubierto casi siempre por bosques de pinos. La diversidad vegetal hizo que el paseo fuese muy agradable para los amantes de la naturaleza y para los que busquen tranquilidad.
Saliendo del pueblo de Tragacete, nos dirigimos al noroeste de la población cogimos una estrecha carretera, que tras unos kms. Cruzamos el río Júcar por un pequeño puente y siguiendo su cauce, primero por la margen izquierda y después por la derecha, nos fuimos introduciendo en un cerrado valle, en cuya cabecera nos encontramos con la Cascada del Molino, precioso salto de agua de varios metros de altura, que fue un preámbulo de las maravillas de la cuenca alta de este río.
Durante la excursión oímos cantar algún ruiseñor o jilguero, también vimos alguna que otra rapaz. La presencia de agua, favorece también el hábitat para pequeños anfibios, ranas, sapos o incluso alguna culebra de agua, pero lo que llama más la atención es la gran variedad de mariposas que revolotean incansables por los márgenes de la orilla.

Hoy los ríos creo que se han convertido en un lugar del que los padres desconfían, o bien están contaminados, o son cenagosos, ¡y mucho más!, hay criaturas feroces creadas por la fantasía de los nuevos juegos de consola, o simplemente su acceso no es tan fácil como cuando pasábamos el verano en el pueblo.
Cuando yo era niña la visita al rio Salas era el punto culminante del día y sobre todo el baño en la presa de la “CENTRAL”, eso sí que era una gozada, cada año nos costaba mucho limpiarla, pero merecía la pena. El tiempo que teníamos libre, (después de salir de la escuela y hacer los deberes) lo empleábamos en sacar tierra, cortar malas hierbas y matojos, del matorral en el que se había convertido a lo largo del año el fondo de la presa. Un baño en la presa era la mayor diversión que podíamos tener, puesto que no teníamos piscina ni íbamos a ir a la playa. La presa hoy día está abandonada, pero sigue con el paso del tiempo tan solida como un circo romano y en un lugar de sol y sombras privilegiado. Tener ésta presa para nosotros era un lujo, ya que ningún pueblo de los alrededores tenía piscina.
Caminando en medio de los monótonos trigales soleados, y aturdidos muchas veces por la brillante luz extrema y abrasadora, un rio por lo modesto que fuera, era un lujo, una bendición y representaba un escenario en el que todas las aventuras podían ocurrir.

Los pueblos con rio se consideraban afortunados porque el regadío estaba asegurado y crecían junto al rio frondosos huertos.
Siempre había un par de chicos mayores, de nueve y doce años como mucho, expertos en lanzar guijarros, un deporte que tiene su miga, porque hay que lanzarlos lo suficientemente rasantes para que no se hundan de inmediato y para que hagan en la superficie del agua bonitas hondas concéntricas, (había auténticos expertos en esto); en atrapar cangrejos y en cruzar la corriente no hacía falta experiencia sino ganas de descubrir y aprender, claro está sin ver el peligro, Pero, más que nadar, lo suyo era jugar en la orilla, levantar cabañas, hacer diques, comiditas y bolas con el barro, y después combates con tremendas espadas cortantes fabricadas con los juncos y las espadañas, estos juegos casi siempre acababan como el rosario de la aurora, porque la cocinita o la bola del otro te gustaba más que la tuya y se la acabas rompiendo.
La vida en el rio era tan seductora y tan importante para todos que era un medio de vida y entretenimiento.

Las niñas éramos admitidas con cierto recelo, pero las que llevábamos pantalones teníamos más posibilidades de unirnos a la excursión. Al principio nos quedábamos en la orilla en los prados verdes recogiendo florecillas para hacer diademas y comiditas exclusivamente churretosas, puro barro y trozos de palos rotos que colocamos en platillos de forma artística adornados con alguna florecilla de las muchas y variadas que había en la orilla del rio.
Pronto se vio que aquello era un rollazo y que la división del trabajo era sólo cosa de adultos.
Nosotros queríamos participar de la verdadera aventura, que era, sin lugar a dudas, cruzar el rio de lado a lado, vestidos todos, y encontrar madrigueras de animales y cuevas en la roca.
Llegábamos arañados y febriles, sucios y con algo roto; sabíamos que el precio por la inaudita rebelión seria un fregoteo y algunas lágrimas por un pescozón materno, pero valía la pena. Es lo más salvaje que yo recuerdo haber hecho nunca en mi infancia; ni siquiera se le podía comparar con cazar murciélagos, que tenían la misma cara que los “los sanochaores” (trasnochadores) de Cardenete, por eso de no dormir por la noche, claro esta no dormir pero tampoco parar. Extraído de la crónica carrera de Cardenete.
Ahora los ríos disponen de instalaciones, embarcaderos, depuradoras toboganes, motos de agua, caladeros y todas esas cosas que urbanizan y aplastan la libertad personal.
No creo que los ríos actuales hayan dado grandes escritores o artistas. En aquellos tiempos, siempre te encontrabas con algún pintor con su caballete frágil y su paleta pintando al aire libre y con el perro durmiendo su lado.
Muchos de nosotros recordaran como se extraía la esencia del espliego a la orilla del rio y como el aroma inundaba el camino de vuelta a casa.
Ninguna madre en sus cabales, después del teatral tortazo, lamentaba que sus hijos hubieran pasado la tarde en un sitio tan lleno de maravillas y que no hubiera hecho falta enchufarles la tele para que no dieran más la lata.
Volvíamos con el corazón rebosante de emociones y la cabeza llena de preguntas y de visiones.
También, si había suerte, y para suavizar el coscorrón, ofrecíamos algunos cangrejos y florecillas, aunque nos guardábamos los renacuajos y los insectos innombrables.
En el rio aprendimos a no tener miedo de la naturaleza y aunque hubo alguna peripecia más o menos angustiosa, la cosa nunca llego a mayores. Nosotros hemos llegado a mayores así, siendo niños de pueblo con rio.

Realizado por Mila
martes, 12 de julio de 2011
RAUL INFORMA
¡Hola compañer@s!
Para que no os molesteis en llamarme y que el dinero de la llamada os lo gasteis en una cervecita a mi salud os informo que la cosa va mejor de lo previsto. No se me ha inflamado mucho, teniendo en cuenta el huevo que me salió allí, luego se me bajó bastante. Ahora lo tengo dolorido pero espero que con los antiinflamatorios, hoy me he dado la baja, reposo y la visita que haré al fisio en cuanto venga Lucía de trabajar, la cosa mejore, sobre todo con los cuidados de mi Luci.
Por desgracia no estaré para Quintanar ya que pensaba ir por que de momento llevaba todas las carreras. Sé que el equipo no se resentirá en calidad aunque si en cantidad que para eso uno hace bulto. No me defraudeis y acudid todos los que podais. Los de delante que le mojen la oreja al Hervias, los de más atrás a superarse y la "broza" a hacer equipo. Aupa Pineda.
Un abrazo para todos.
Raúl Ferrer
Para que no os molesteis en llamarme y que el dinero de la llamada os lo gasteis en una cervecita a mi salud os informo que la cosa va mejor de lo previsto. No se me ha inflamado mucho, teniendo en cuenta el huevo que me salió allí, luego se me bajó bastante. Ahora lo tengo dolorido pero espero que con los antiinflamatorios, hoy me he dado la baja, reposo y la visita que haré al fisio en cuanto venga Lucía de trabajar, la cosa mejore, sobre todo con los cuidados de mi Luci.
Por desgracia no estaré para Quintanar ya que pensaba ir por que de momento llevaba todas las carreras. Sé que el equipo no se resentirá en calidad aunque si en cantidad que para eso uno hace bulto. No me defraudeis y acudid todos los que podais. Los de delante que le mojen la oreja al Hervias, los de más atrás a superarse y la "broza" a hacer equipo. Aupa Pineda.
Un abrazo para todos.
Raúl Ferrer
miércoles, 6 de julio de 2011
Carrera Uña 2011

Buenas a todos,
Envío breve crónica y una "fotico panorámica" para dar envidia a los que no pudieron asistir a la carrera de Uña.
Durante la carrera disfrutamos de unas vistas maravillosas y el equipo, como empieza a ser habitual, hizo unos tiempos estupendos.
Después de la carrera, como podréis observar en la foto, todos disfrutamos de una estupenda paella. El equipo de nuevo volvió a hacer gala de su competitividad y llegó a copar de nuevo los primeros puestos para coger el plato de paella y los pasteles del postre. Bueno, de hecho fueron los primeros, je, je, e incluso hubo alguno que no dejo ni un grano en el plato (doy fe de ello) y varios repitieron.
En definitiva, las vistas maravillosas de Uña, su gente, la carrera y la puesta de sol nos brindaron una tarde para no olvidar. Ah, y la paella buenísima!!!
Os envío cordiales saludos y espero veros a todos/as en breve en otra carrera,
Chule
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