viernes, 14 de mayo de 2010

CRÓNICA DE MOTILLA DEL PALANCAR 2010

SIN PREÁMBULOS

De las tantas diferencias obvias con Raúl, una de ellas es que a mí me gusta ir al grano del asunto, SIN PREÁMBULOS. :D.

El destino, esta vez, quiso situarnos de nuevo en Motilla. Y haciendo un poco labor de Víctor, diré que el nombre de Motilla, según documentación consultada "...en origen debió existir [Motilla] en algún alto y llamarse en hebreo ILA o ILI, altura, o en grecolatino ILIA, población alta.Bien porque fuese ... destruida por los guerreros o porque no gustase a los romanos el sitio que ocupaba, debió ser trasladada al que esta y le antepusieron el MOTA que significa MUDADA o MOVIDA y resulto el MOTA-ILIA, MOTILIA y, finalmente MOTILLA." (ver página http://www.motilla.com/). Y si esto según la web no es muy fiable, lo del Palancar es cosa aparte.


El recuerdo de esta carrera en particular, me trae muy buenos recuerdos. Ojalá fuera por los “pequeños” tiempos en recorrer el circuito, o por la cercanía del pueblo con respecto Arganda, pero no, hay algo más. Para conocimiento privilegiado vuestro :D, esa fue mi PRIMERA carrera con mayúsculas de mi vida “deportivo-ociosa” (a parte de mi cross en el que participamos 3). Y, brevemente, os contaré lo diferente que fue entonces ponerme el dorsal fijándome en cómo lo hacían los demás, pensar únicamente en no llegar la última o incluso la duda que a uno le inunda de ser capaz de terminar la carrera (aunque este último pensamiento lo he tenido en mente en múltiples ocasiones y supongo que alguno que otro también). El circuito que disputé, hace ya, no era el mismo en su plenitud al de estas últimas ediciones, sin embargo, lo que nunca olvidaré fue que había que completar una vuelta a una plaza en primera instancia y que cuando completé la primera media vuelta a la misma me encontraba en cola de carrera, mientras el resto de competidores ya la habían recorrido entera. ¿Al final llegaré la última? Pero, cómo no, como en toda buena carrera, siempre tengo muy buenos compañeros que durante el trayecto me dan ánimos o solamente ESTÁN ahí, al lado. Así pues, un buen hombre de rojo (man in red), el cual se encontraba el penúltimo, me acompañó y animó con lo típico de “los últimos serán los primeros” y “ya verás cómo vamos adelantando a gente”, y aunque lo primero era imposible, el segundo vaticinio sí que se cumplió y tan animada me encontré que a falta de 50 escasos metros de meta, tenía un ansia por acabar la carrera que metí un sprint que seguramente dejé al hombre pasmado y diciéndose “será cabrona la tía, que me ha dejado aquí tirado después de ir con ella todo el tiempo?”, pero no fue con maldad, fue por dar término cuanto antes al sufrimiento agónico. Aunque me da a mí que este señor tan majete no lo interpretó como yo, pues ni si quiera se paró para la típica felicitación mutua, chocando las manos o un breve abrazo de empatía. Jejeje si es que soy la pera¡¡¡ Esta historia me ha costado pitorreos incontables en casa. (continuará ...)

2 comentarios:

RAUL dijo...

Eso de ir directamente al grano está bien, pero no sabes lo que te pierdes con el calentamiento previo. Te pone a cien. Para la carrera, claro.

BEA dijo...

jajaja, ay lo que sabe el diablo por... jajaja