Para que os hagáis una idea de la población de moscas en el citado pueblecico, la cosa está 200 moscas por habitante. De ahí que las fotos hayan salido un tanto
extrañas.

Tras situarme en lugar privilegiado, libre de insectos, tuve la suerte de captar al equipo cimburrio al completo, con la concentración de algunos por la posición estratégicamente ganada y la alegría de otros, por tomarse la carrera con otro tipo de presiones que el de tener a Fulano o Mengano soplándote en la oreja ansioso por adelantarte.

Pasado el primer tramo continuó un silencio que helaba la sangre. Un zumbido que resonaba como un tornado de fuerza 5, nos orientó por donde se estaba cabalgando sobre las voladoras que calzaba nuestro alado equipo.

Finalmente y como colofón, a todos los participantes les aguardaba la parte más dura, la cuesta final donde había que echar el resto de fuerzas que si antes se habían guardado se podía recorrer no sin apretar los dientes. Así los que guardaron se crecieron y los que no ... Pero incluso con la dureza del terreno se nos deleitó con sprints finales que jaleamos para mayor emoción. Felicidades a todos y muy buena carrera.

3 comentarios:
En la foto veo moscas y algún que otro moscardón. ¿La alegoría te la ha suscitado lo cansinos que somos o qué?. Si hubiese sido la carrera del castillo alguna mosca hubiese "revolao" entre la mierda, eh Raul, que festín se habría dado.
Muy guay Bea.
Es un honor ser una de las moscas de la REINA BEA, pero no por ser tu de la misma especie.
¡ Tu estas en un escalón superior !
Y lo del Castillo, me pasó por no abonar como suelo hacer antes de las carreras las afueras del pueblo. La próxima vez no me pasa.
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